Se trataba pues de recoger el guante lanzado a través de los siglos, aceptar el desafío, añadiéndole aquello que ahora si podía visualizar. 

El modelo de arcilla se mostraba como una imagen entre impresionista y surrealista del bote que representaba; podía mostrar los efectos del trabajo, el calor, del desinterés o de la ingratitud; a partir de ahí se podía también ceder a una lógica animista y atribuirle cansancio, tristeza o ternura.

 Se ha escogido el pequeño bote de pesca como objeto a representar y se pretende crear un conjunto de trabajos coleccionable que se vaya integrando con la mayor cantidad posible de tipos de botes que el hombre haya creado alrededor del mundo, cuidando que cada unidad tenga características particulares en relación a sus similares.

                                                                                                                                                     

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